martes, 5 de mayo de 2009

8. Putos treintas de abriles.

Esos días de mierda dejan constancia de muchas cosas: de glorias, de penas, de cacharros que fregar, o niños que llevar al colegio, de panes que se compran cigarros que se venden y gente que cumple años, gente como yo.

El día 30, la que carga estas líneas con el corrosivo veneno del sarcásmo cumplió 21 años.

A todos expresé que me siento más vieja pero no más sabia, y probablemente peor.

El día apareció con las muestras de recuerdo de aquellos de los que el resto del año no sabes una mierda: un felicidades en el móvil, un que cumplas muchos más en el flog, un e-mail detallista en tu buzón ... Todo eso que a la mayoría pone una sonrisa en la boca, y que a las anormales como yo nos sitúa un signo de interrogación en la cabeza.

Al día siguiente actualicé mi página habitual , que estaba copada de las susodichas felicitaciones. A ellos les escribí un mensaje. A ustedes (si es que alguien lee algo de esto), les diré lo mismo, sin rodeos:

Me encuentro sumamente agradecida, por los detalles, los regalos, ... a todos en cierto modo nos hace ilusión ese día en que parecemos ser un poco el centro y donde todo nuestro ego tiene cabida.

Ahora bien, en mi maravilloso afán por arruinar los momentos bonitos, he llegado a la conclusión de que los cumpleaños son el contento de los fracasados. Explico: hay gente a los que felicitamos porque han conseguido un buen trabajo, porque han tenido un hijo que esperaban con ilusión, porque han ganado un premio, sacado unas oposiciones, triunfado en algún aspecto o superado algo díficil. Pero, si yo jamás he coseguido nada de eso, no he de preocuparme porque tendré la certeza de que en mi cumpleaños alguien me felicitará. Y, ¿por qué? Por haber seguido aquí un año más sin haber conseguido otro motivo por el que tuviesen que felicitarme ...

Me gustaría poder pedir que me felicitasen cuando hubiera descubierto el significado de la vida, o quizá algo más sencillo, quizá que me felicitasen cuando hubiese aprendido a vivirla y no sólo por haber alcanzado un año más sin saber que cojones estoy haciendo con ella. Pero entonces estaría renunciando a ese contento que todos los fracasados, por derecho, tenemos: las putas feicitaciones de cumpleaños.

Y ahora es cuando ustedes me catalogan de desagradecida, de amargada, y largos y poco afables etcéteras, y cuando yo sonrío y pienso : ¿qué sería de mi vida sin todas las críticas ajenas?


¡Odiosas Felicidades JacK !

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